La historia nos cuenta que el origen de la joyería es paralelo al de la especie humana, y que ésta era fabricada con fines mágicos y de protección como muletos. Era un bien preciado que, con el tiempo conquistó las artes del adorno gracias a los animos de seducción entre las personas.
Info tomada de: http://www.revistadeartes.com.ar/
Las primeras manifestaciones del hombre prehistórico en relación con su adorno personal se remonta a las épocas superiores del Paleolítico, se pintaba el cuerpo de colores. El próximo paso en busca de mayor vistosidad para su persona, conduce a los adornos colgantes.En un principio recurre a los objetos que la misma naturaleza les ofrece pródigamente, los pinta de colores simples, los provee de agujeros, los enhebra con cuerda de fibra o tendón y se los cuelga en las extremidades como collares.
Los adornos colgantes caracterizan al cazador primitivo y forman parte del ajuar de las sepulturas prehistóricas.
Estas cadenas significan a la par de un adorno y un recurso para alejar el mal o proteger de él o de los malos espíritus o de una acción mágica maligna, pero tiene además valor como trofeo de caza, testimonio elocuente de su arrojo y su valentía, proporcionándole a la vez un destacado lugar en el orden social de las cavernas.
Para los hombres del periodo magdaleniense ciertos objetos naturales lo fascinaban por su rareza y las dificultades que se le oponían cuando trataba de conseguirlos, y como no deseaba privarse de ellos se ingenio para imitarlos. Fueron virtuosos tallistas, los dientes de osos, lobos y de león fueron copiados en otras sustancias mas fáciles de labrar , como el marfil y los cuernos de reno o ciervo.
El hombre de la época ávido de cuanto material extraño, raro o brillante podía obtener, recogía pedazos de cristal de roca, serpentina, jade, corales y otras piedras de colores vivos que podían utilizar para fabricar sus adornos o amuletos.
Sencillos collares de huesos, marfil o ámbar en formas similares a la de los botones de hoy, eran ya en aquel entonces adornos que gozaban de general favor, cuando el Paleolítico tocaba su fin.
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